Monday, August 27, 2007

Ya está aquí, ya llegó...

…la crisis hipotecaria. Se ha presentado en forma de impagos de hipotecas de alto riesgo en EE.UU. (lo que además ayudará a empeorar la imagen que de dicho país tenemos en España) y, pese al mensaje tranquilizador de ZP al Rey (¡qué sabrá ZP de crisis económicas si apenas sabe…), se ha extendido por todo el mundo. Sin embargo, con el objetivo de que no cunda el pánico en el mercado, lo que multiplicaría sus efectos sobre las economías, su llegada ha sido apenas cubierta por los medios de comunicación.

El origen de todo se encuentra en el boom inmobiliario sufrido en EE.UU. hace algunos años, especialmente en Arizona, Florida y California. La gran competencia en el sector bancario hizo que se concedieran hipotecas a clientes de dudosa calidad crediticia (con pocas posibilidades de pago) y el posterior aumento de los tipos de interés no ha hecho sino confirmar las sospechas iniciales, llevando a varias de estas entidades a la quiebra.

Desafortunadamente, aquí no acaba todo. Las entidades que han concedido estas hipotecas de baja calidad han emitido a su vez activos financieros, con las propias hipotecas como garantía. Como pasa siempre en esta vida, a más riesgo, más rentabilidad, de modo que muchos fondos de inversión de todo el mundo han comprado estos activos titulizados (la titulización ha estado muy de moda en el negocio bancario en los últimos años, dada su rentabilidad cuando las cosas vienen de cara; del riesgo cuando vienen mal dadas se acordaban menos sus más acérrimos defensores), tratando de este modo de incrementar su beneficio trimestre tras trimestre.

Cuando los poseedores de los activos titulizados se han dado cuenta de lo que se avecinaba, han intentado venderlos o conseguir un préstamo para amortizarlos, descubriendo entonces que ninguna de las dos opciones funcionaba. Los bancos centrales (en especial el BCE, con inyecciones mastodónticas de liquidez) han paliado esta cierta discriminación en el mercado interbancario. Pero todo de una manera algo oculta, sin mucha publicidad en los medios de comunicación y mandado muchos mensajes tranquilizadores.

A todo esto, la venta de pisos en España ha empezado su ralentización, no tanto en precios sino en demanda. A los tipos de interés y precios actuales, la demanda de pisos se satura con poco que se ponga a la venta y el problema es que hay mucho a la venta (no es lo mismo una hipoteca sobre 300.000 € a un interés del 3% que al 5%). El siguiente paso es la bajada de precios, puesto que la vivienda no es una excepción a la ley de la oferta y la demanda. Además, habrá que ver cómo reaccionan las familias al incremento ininterrumpido del Euribor (en este sentido, se aprecia un incremento en el número de pisos en el centro de las ciudades con elevada hipoteca que se ponen a la venta simplemente porque sus dueños no pueden hacer frente a la hipoteca).

Para quien ya tenga una hipoteca vinculada al Euribor quedan pocas soluciones, salvo apretarse el cinturón, agachar la cabeza y tirar hacia delante. Podría tratar de cambiar el tipo de interés de variable a fijo pero como los bancos no se chupan el dedo, no será tarea fácil ni favorable a sus intereses. Mi solución preferida para quienes aún tienen una cierta capacidad de maniobra es endeudarse en yenes japoneses. El tipo de interés del yen se sitúa por debajo del 0,5% y, pese a las comisiones bancarias y al tipo de cambio euro-yen, compensa con creces.

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