Dadas las perspectivas para el día, decidí empezar mi jornada turística por el Museo Mercedes, pensando que me podría tener entretenido dos horas. Me equivoqué, me estuve casi tres horas y eso que lo dejé deprisa y corriendo, porque no me daba tiempo a ver nada más en la ciudad (comí una salchicha ya en la estación cuando esperaba a mi tren de vuelta a Francfort). Me tuve que contentar con un breve paseo por el centro y las panorámicas desde la plataforma panorámica (Aussichtplatform) que hay en la estación, que recomiendo a todo visitante de esta ciudad. La colección de pinturas de la Staatsgallerie, el zoo Wilhelma, la torre de comunicaciones y el museo Porsche tendrán que esperar mejor ocasión.En el Museo Mercedes hice muchísimas fotos a coches antiguos, a deportivos clásicos de los años cincuenta, a coches de competición,... A casi todo lo que tenía cuatro ruedas. En realidad es un museo muy completo y didáctico, donde se aprecia la evolución del automóvil en apenas cien años. Además, subí en un simulador de carreras, que me decepcionó un poco, pero solo un poco. Algo a destacar es que el último Mercedes campeón del mundo de Formula 1 que tienen expuesto es el de... Hakkinen, je, je, je. Verdaderamente es un museo que merece la pena visitar. De hecho, seguramente sea el museo más visitado de Stuttgart, y eso que no tiene ninguna obra de arte en su interior.
De todos los automóviles que vi allí, me llamó poderosamente la atención el camión de la fotografía de abajo. Sí, lo habéis reconocido: es el mismo camión de "En busca del arca perdida", el mismo en el que Indiana Jones se cuelga de la estrella y de las dos barras a los lados. La pena es que lo tienen en blanco en el museo, lo que rompe un poco con la magia del momento (alguien debería sugerir que explotasen este filón un poco mejor, la verdad). Temo que esta es la foto más destacada de mi incursión en el Museo Mercedes Benz...
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