La semana pasada estuve de viaje de trabajo en París, inaugurando la temporada de viajes de trabajo de 2011, después del obligado parón invernal. Al igual que en mi visita de septiembre (http://antsanch.blogspot.com/2010/09/24-horas-en-paris.html), en las 24 horas escasas que estuve en París apenas me dio tiempo a hacer algo que no fuera trabajar.
Llegué en tren desde Fráncfort, bastante tarde y cansado después de cuatro horas de viaje, que se acaban haciendo algo pesadas. De ahí, cogí un taxi al hotel y luego rápidamente a buscar un sitio para cenar, porque la cena del TGV francés fue bastante austera. Intenté ir al mismo sitio en le que estuve en septiembre, pero el restaurante ha, literalmente, dejado de existir. Después de cenar, vuelta al hotel (sin acercarnos ni siquiera a ver la Torre Eiffel) y a dormir.
A la mañana siguiente, camino de la primera reunión, pasé andando junto al Arco del Triunfo. Siempre me pregunto cómo es posible que el tráfico se auto-regule en esa glorieta de tantos brazos de manera que no haya un accidente cada cinco minutos. Es una de las grandes preguntas sin respuesta de la Humanidad...
Ese día comí en un restaurante muy bueno junto a la Bolsa, para, posteriormente, tener la segunda visita del día. De ahí, un corto trayecto en taxi a la estación de tren, entre un tráfico realmente caótico y agobiante. A la hora de coger el tren, me encontré con una pequeña sorpresa, porque el tren no iba directamente a Colonia como pensaba, sino que daba un pequeño rodeo por Bruselas y Lieja (¡!). Así que esa tarde-noche, en tres horas, estuve en tres países diferentes: Francia, Bélgica y Alemania.
En el tren de Colonia a Fráncfort, me monté directamente detrás del conductor, para tratar de tener la misma visión que el conductor, pero era de noche y apenas se veían las vías. A llegada a Fráncfort, ya bien entrada la noche, cogí un taxi y llegué, por fin a casa (también contento de dejar atrás la zona de la estación de tren de Fráncfort y a todos aquellos que por allí moran).
Espero que el siguiente viaje de trabajo, a Basilea en una semana, dé para algo más. Veremos.
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