En la terminología europea, un "non-paper" es un documento que formalmente no existe pero que trata temas de mucha importancia. Una terminología similar parece haber sido adoptada por nuestra clase política, ya que parece referirse a los 100.000 millones de euros que los bancos españoles van a recibir de nuestros socios europeos como un "no rescate". Básicamente, este dinero servirá para que el sistema bancario español no colapse, así que si esto no es un rescate...
La verdad es que haber llegado hasta esta situación me produce una gran tristeza. Uno piensa en qué hemos hecho como país para llegar a esto y han sido una serie de decisiones y de tendencias cortoplacistas que han puesto al país al borde del colapso. No basta con echar la culpa solo a los bancos (y a las cajas), pues esto, aparte de fácil, cubriría solo parte del problema. La cultura del esfuerzo con la que nuestros padres pusieron al país en la primera línea europea ha desaparecido por completo. Aún así, y gracias al dinero barato que nos trajo la entrada en el euro, España pasó de ser un país de emigrantes a recibir millones de emigrantes de otros países sin cualificar.
Pero en algún momento perdimos el norte como país y llegamos a un punto en el que las empresas constructoras definían la vida del país: ellas presionaban a los políticos para acometer obras faraónicas (como un Palacio de Exposiciones a cargo del afamado arquitecto X), cogiendo el dinero prestado de la caja de ahorros de turno, que para algo estaba bajo control político. Pero tampoco sirve buscar culpables ahora, una vez que el mal está hecho.
Lo que parece meridianamente claro es que los años del boom de la construcción no van a volver. Ya podemos despedirnos de esos sueldos de 2500 € para trabajadores sin cualificar, de esos aviones a Punta Cana llenos, de los coches alemanes para todos, de esa demanda de jamones de pata negra,... Pero no solo de estos lujos, también nos tendremos que ir despidiendo de algunas infraestructuras mal entendidas que no sirven para nada (adiós a la autopista de peaje Madrid-Tudela) y de muchos avances sociales, que, sencillamente, no podemos permitirnos como país. Nuestro sistema sanitario es la envidia de nuestros vecinos europeos y, lamentablemente, no se sostiene. El sistema educativo no es la envidia de nadie, pero también debe sufrir reformas y recortes (no me puedo creer que se pueda tener una beca universitaria suspendiendo varias asignaturas, es que no me lo puedo creer).
Espero que no todos los recortes se centren en el así llamado "gasto social", sino que también se ataquen algunas ineficiencias, como, por ejemplo, tener más aeropuertos (vacíos) que Alemania, tener más televisiones autonómicas per cápita que nadie en el mundo, no tolerar que el alcalde de Yebes (Guadalajara) gane más que el Presidente del Gobierno y un largo etcétera. Porque, somos un país muy trabajador y luchador, pero una de las grandes diferencias con Alemania reside en la eficiencia en el gasto: en España desperdiciamos el dinero en gastos inútiles que no aportan nada.
En fin, de peores plazas hemos salido, aunque habrá que ver si como país nos merecemos el enorme crédito que nos ha dado Europa. Ahora la pelota está en nuestro tejado.
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