Reinos de taifas

En ElPaís de ayer sábado aparecía un artículo de opinión de Antonio Múñoz Molina, analizando la situación política española, con el que no puedo estar más de acuerdo. De todos los temas tratados en dicho artículo, hoy querría comentar algo sobre los reinos de taifas.

En la escuela me enseñaron que la decadencia del califato musulmán en España se inició con los reinos de taifas, cuando cada señor local empezó a hacer y deshacer a voluntad, perdiendo la noción de pertenencia a un ente superior, y entrando en frecuentes y ridículos conflictos entre ellos. Fue entonces cuando los cristianos aplicaron el dicho famoso de "divide y vencerás".

Pues bien, las actuales Comunidades Autónomas me recuerdan mucho a estos reinos, pues en cada una de ellas hay un señor feudal, que se perpetúa en el cargo, que tiene su propia corte de súbditos y besamanos, y que "va por libre". De este modo, cada CC.AA. tiene una serie de organismos redundantes, con sus correspondientes funcionarios públicos (mejor pagados que los estatales y con dudosos criterios de selección), donde no se hace sino alentar la identificación (en algunos casos estúpida) con el territorio, para, de este modo, perpetuarse en el poder. Porque, no nos engañemos, en 1 Estado hay 1 presidente, pero en 17 hay 17 presidentes. Y el poder es muy goloso para quien lo toca, de modo que siempre quiere tener más y más.

Y en contra de lo que se puede pensar, pongo como ejemplo de reino de taifa mi Comunidad Autónoma (Castilla-La Mancha) y su inefable presidente, al que no voté, por cierto, en las elecciones, el señor Barreda.