En clase de italiano me sentí el otro día algo desplazado y todo por decir que la película española que recomendaría es "El milagro de P.Tinto", una película absolutamente surrealista pero desternillante. Todos mis compañeros y el profesor se mofaron de mi elección, pues al parecer debería haber elegido una película más profunda, donde se traten las relaciones humanas o la filosofía de la vida o el fin de la adolescencia o lo que sea. No parece válida, a sus ojos, una película cuyo único fin es divertir y sorprender con una estética diferente. La vida ya es suficientemente complicada de por sí como para andar complicándonosla aún más en el cine.
Todo esto me lleva a pensar en la buena prensa que tiene el cine español, donde parece que hay que disfrutar de él por el mero hecho de ser español. A mí "El otro lado de la cama" me parece un bodrio de película y los actores que salen en ella, actores de muy limitado talento (mención especial merece Alberto Sanjuan y su patético estado ayer en CaigaQuienCaiga, siendo incapaz de articular palabra y asemejándose más a un australophitecus que a un talentoso actor europeo). Algo parecido se puede decir de "Días de fútbol" y similares "comedias españolas desternillantes".
No estoy en contra del cine español, estoy en contra de subvencionar con mis impuestos a actores, directores y demás de segunda fila, para que vivan y se corran sus juergas a costa de mis impuestos, que preferiría ver gastados en hospitales, por ejemplo. No se me preocupe nadie, las buenas películas españolas (las de Almodóvar, aunque no me guste su estilo, las de Amenábar, etc.) salen adelante aún sin ayudas estatales o televisivas. El talento siempre se abre camino y son los mediocres quienes necesitan de la subvención.
Uf, y eso que no he hablado de cuando los actores y la "gente del cine" se pronuncian políticamente, que eso sí que daría mucho más juego...
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