Últimamente he observado las prisas que nos entran a todos cuando estamos en un medio de transporte, desplazándonos de un lugar a otro, de manera que perdemos parte de nuestra condición humana y nos comportamos como "pollos sin cabeza". Es igual que nos encontremos en un medio de transporte público o privado, sucede de todos modos. Paso a enumerar algunos hechos que evidencian esta transformación.
En primer lugar, cuando estamos en el metro o en tren y queremos entrar, apenas dejamos salir a los pasajeros que quieren abandonar el vagón; cuando el vagón no se va a ir a ninguna parte a corto plazo (un minuto más o menos) y hay tiempo de sobra. Asimismo, en estos casos, las más mínimas normas de urbanidad se olvidan, de manera que no se cede el asiento ni al Papa de Roma (con perdón), se pierde la capacidad de habla y nos comunicamos mediante gruñidos, esperar cinco minutos nos parece el fin de los tiempos,...
Luego, cuando conducimos el coche propio tratamos de conducir al límite, con una velocidad quizá 10 km/h por encima del límite, sin parar a pensar que el tiempo que adelantemos en el viaje no será superior a cinco minutos. ¿Es necesario tanto riesgo? Un profesor mío de EGB, Don Matías, decía que más vale perder un minuto en la vida que la vida en un minuto. Otros hechos relacionados con nuestra forma de conducción son la mínima tolerancia a retrasos superiores a una décima de segundo en reemprender la marcha en un semáforo en rojo, o la incapacidad para ceder el paso voluntariamente a otro vehículo.
Cuando viajamos en avión, se produce un hecho curioso, que yo mismo sufro pero que no puedo evitar. Mientras el avión se está enganchando a las puertas móviles (no soy capaz de usar el nombre exacto porque desconozco la palabra técnica), todos tendemos a levantarnos y coger nuestras cosas, agolpándonos en los pasillos y sometiendo a nuestro cuello a difíciles posturas. ¿Por qué? Si las puertas están cerradas igual. La verdad es que siempre que viajo en avión hago propósito de comportarme más racionalmente en este sentido, pero por ahora no he coleccionado sino fracasos.
En fin, por mi parte y pese a la poca paciencia que tengo, he hecho propósito de enmendar estos comportamientos, que dejan en mal lugar la supuesta racionalidad humana (ya de por sí bastante cuestionada).
1 comment:
hola! las puertas móviles de los aviones se llaman pasarelas o finger. no sé por qué motivo tengo esta información, je je. CIAO!
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