Hace unos días alquilé junto a unos amigos un coche con Europcar, en nuestras vacaciones de Semana Santa. Lo tuvimos durante cuatro días, por lo que pagamos aproximadamente 140 euros en total. Lo devolvimos con más gasolina de la que nos encontramos en el coche, y dos horas más tarde, con lo que esperábamos un sobrecoste por el día adicional de aproximadamente 45 euros. Para nuestra sorpresa, Europcar estima este sobrecoste de las dos horas en 112 euros. Su explicación es que al ser un alquiler por cinco días, la oferta a la que nosotros nos acogimos (sin ser plenamente conscientes de ello, al menos en mi caso) no es válida, con lo que nos deben cobrar un precio superior; esto es, a más días de alquiler, más precio por día. Uno no conoce a fondo el mercado del alquiler de coches, pero este "principio" parece, como mínimo, chocante.
¿Qué solución queda? Pues aparte del recurso al pataleo, creo que ninguna. Esta empresa se vale de las condiciones contractuales firmadas por el cliente y abusan del hecho de que nadie se lee un contrato de varias páginas en letra pequeña e ilegible para comprobar fehacientemente lo que firma, cuando acaba de aterrizar y está deseando iniciar sus vacaciones. Hay quien roba con una media en la cabeza y una pistola, y hay quien roba con un contrato lleno de condiciones leoninas. ¿Qué supondrán estos 110 euros en la cifra total de ingresos de Europcar? Nada, me aventuro a decir, comparados con los 1.469 millones de euros de ingresos totales. ¿Por qué racanean de esta forma? Miseria moral y codicia, no hay otra explicación.
Lo único que se puede hacer es no volver a alquilar un coche en esta empresa nunca más, y confiar en que mucha gente lea mi blog y hagan lo mismo.
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