Ayer leí el discurso que pronunció Andrew Haldane, Director de Estabilidad Financiera del Banco de Inglaterra, en la conferencia anual de Jackson Hole (la misma a la que Mario Draghi no pudo acudir por tener demasiado trabajo). El discurso, en inglés, está disponible en http://www.bankofengland.co.uk/publications/Documents/speeches/2012/speech596.pdf. En líneas generales, los discursos de Andrew Haldane son realmente preciosos, con una clarividencia que no es frecuente en estos tiempos.
En este caso, si bien no estoy muy de acuerdo con la fábula del perro y del frisbee, el resto del texto me parece sencillamente brillante. En él, Andrew Haldane hace una feroz crítica de la creciente complejidad de la regulación financiera, que tampoco está trayendo resultados mucho mejores que anteriores versiones más fáciles de entender. El ejemplo de las normas de Basilea de solvencia de los bancos es sangrante: en su primera versión, se pedía que el capital del banco fuera al menos el 8% de sus activos; mientras que en sucesivas revisiones y versiones, el acuerdo ha ido creciendo en número de páginas (ya está por encima de las 1000) y en complejidad (ahora se hace referencia a los activos ponderados por el riesgo, modelos internos,...).
Otro tanto sirve con el envío de información a los reguladores y supervisores. En lugar de centrarse en la información básica hay una tendencia hacia recibir información muy granular, a nivel de transacción, dando lugar a un fenómeno parecido al de Internet: la inmensa cantidad de información disponible acaba por no tener ningún valor por sobrepasar la capacidad humana de analizarla. No se acaba de entender que en este caso la cantidad de información no importa, sino que es la calidad.
Otra referencia de Andrew Haldane en su discurso comprende los modelos económicos y financieros, donde se queja de su complejidad, poniendo de manifiesto la enorme cantidad de estimaciones que llevan implícitos (basten como ejemplos las ponderaciones de los riesgos en Basilea II o el famoso VAR). Otros modelos, por el contrario, se dedican a demostrar lo obvio (con poco valor añadido para la sociedad, por tanto) o realizan tales asunciones iniciales que pierden todo su vínculo con la realidad. En este caso, ciertamente, parece más sensato mirar a una serie de indicadores básicos que a buen seguro nos van a dar información muy valiosa sobre lo que está sucediendo. Si uno observa el crecimiento del crédito inmobiliario en España en los últimos años, a partir de las tablas del Boletín Estadístico del Banco de España, se encuentra con tasas de crecimiento del 20%. No hace falta ser un gurú para darse cuenta de que semejante ritmo de crecimiento no puede ser sostenible a largo plazo. Sin embargo, por motivos quizá de vanidad intelectual y similares, este tipo de indicadores no son lo suficientemente "sexys" en este momento.
A modo de conclusión, se podría decir que ya es el mundo suficientemente complejo de por sí, como para que andemos nosotros añadiendo complejidad innecesaria a él. Y es que, a fin de cuentas, la economía son habas contadas...
No comments:
Post a Comment