No, no, que no cunda el pánico, este post no habla de un nuevo engendro de Hollywood, sino que querría comparar hoy a dos de los superhéroes que mejor han llevado su paso del cómic al cine. Más allá de sus poderes y habilidades, quiero centrarme en su personalidad, pues se trata de dos personalidades (Peter Parker y Bruce Wayne) totalmente diferentes, pero al mismo tiempo apasionante. En mi opinión, es esta definición de su forma de ser lo que hace que estas adaptaciones hayan tenido éxito, mientras que otras se han hundido en taquilla. Sin un personaje principal creíble y con algo de vida interior (tampoco hay que pasarse y hacer de él un filósofo nihilista), es muy difícil llegar al público.
Tenemos por una parte a Bruce Wayne, millonario con la vida resuelta, que dedica su mucho tiempo libre (no tiene que trabajar) a entrenarse y luchar contra el crimen. En su caso, la muerte de sus padres es lo que le empuja a convertirse en un vigilante enmascarado. La historia de Peter Parker es casi opuesta: es un chico criado por sus tíos, interesado en la ciencia, de limitado éxito socialmente que, gracias a la picadura de una araña, se transforma en un superhéroe de noche, mientras intenta trabajar y estudiar por el día. En el caso de Peter Parker nos encontramos con el típico empollón convertido en superhéroe mientras que Bruce Wayne caería más en la categoría de "pobre niño rico".
Ambos personajes tienen una relación contraria con la responsabilidad que sus poderes y habilidades conllevan. Bruce Wayne acepta la responsabilidad y no le importa sacrificar su escasa vida social y familiar, mientras que Peter Parker tiene más problemas para aceptar esta responsabilidad. En el caso de Peter Parker, sus continuos problemas para encontrar tiempo para estar con su novia de siempre, Mary Jane, se convierten casi el leitmotiv de sus aventuras.
Estos dos enfoques tan diferentes hacen de estos dos héroes personajes con los que el público fácilmente se puede identificar. En el caso de Bruce Wayne, se trata del rico que a todos nos gustaría ser, un personaje comprometido con la sociedad y atormentado, muy alejado de la estereotipada imagen banal de los ricos. Se trata de un personaje que lo tiene todo materialmente pero que es profundamente infeliz. En el lado opuesto, Peter Parker es más cercano al espectador, es fácil identificarse con él porque todos nos hemos sentido rechazados en algún momento de nuestras vidas, hemos tenido problemas para encontrar tiempo para hacer cosas y, en definitiva, nos hemos sentido tan ínsignificantes y desdichados como él.
Con este blog no quiero elegir entre uno u otro, sino solamente mostrar por qué las adaptaciones al cine de Batman y Spiderman tienen éxito (más allá de algunos deslices como "Batman y Robin") y otras no, como Superman. De verdad, ¿dónde se ha visto en el mundo de hoy en día a un tío con los calzoncillos por fuera y con capa? De otros, Linterna Mágica, mejor ni hablar.
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