Lamentablemente he tenido que asistir a dos misas en memoria de difuntos; una de ellas en Ablanque y la otra en Guadalajara. Aun no siendo un experto en estos temas y admitiendo que no voy a misa más que en ocasiones BBC (Bodas, Bautizos y Comuniones), he apreciado diferencias entre ambas que me hacen pensar de que se trate de un mismo culto.
En la misa ablanqueña, los hombres se han alineado al final de la iglesia al tiempo que las mujeres se han puesto en los primeros bancos, dejando los bancos medios completamente vacíos. En Guadalajara, la distribución de los asistentes parece no seguir ningún patrón por razón de sexo.
En cuanto a la misa en sí, diría que en la ablanqueña uno no se santigua al principio, ni escucha el sermón del sacerdote, ni asiste a la consagración del pan y del vino. Todo parece seguir otro orden diferente, aderezado por interferencias radiofónicas en la megafonía. Además, al terminar la misa en Ablanque nadie se ha movido de las primeras filas, mientras que los ocupantes de las últimas han tomado raudos el camino de salida.
Algo me he debido perder, que creo que Ablanque se ha salido del paraguas de Roma en temas eclesiásticos (más o menos como los ingleses hace varios siglos).
No comments:
Post a Comment