El pasado jueves falleció en circunstancias dolorosas mi tío Enrique, por complicaciones en una operación que se suponía exenta de ellas. Subió por su propio pie al hospital y ya nunca más lo abandonó.
Primero de todo, tío, quiero que sepas que todo el mundo te ha llorado mucho, desde todos tus hermanos hasta tus hijos y sobrinos. Yo también te he llorado y mucho.
No te preocupes por tus nietos, Abel será instruido adecuadamente y apoyará al Athletic de Bilbao, aunque sea en Segunda División. Has dejado a mi padre como único seguidor del Athletic en la familia, pero intentaré ver a este club con otros ojos para no dejarle solo, al menos hasta que tu nieto crezca. También cuidaremos entre todos de Nerea, que ya da sus primeros pasos sola.
También has dejado solo a mi padre a la hora de contar batallitas de la mili en el Sahara, si bien todos sabemos que tu experiencia poco tuvo que ver con el cuartel "Pancho Villa" en el que cayó mi padre. En este punto, sin embargo, no voy a colaborar, pues me niego a ir al Sahara 18 meses como fuisteis vosotros.
Si existe el cielo y estás en él (supongo que sí, aunque en la familia no seamos muy creyentes), saluda de mi parte a todos los seres queridos que tengo por ahí.
Por último, no te preocupes por tus hijos ni por tu mujer, somos muchos en la familia y entre todos cuidaremos de ellos. Nunca dejaremos de echarte de menos.
Vagí bé, tío.
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