Lo que siempre tiene mi peluquero

Hoy quería cortarme el pelo, que ya lo llevaba bastante largo y tengo una boda de postín este viernes, pero debía ser el "Día Internacional de Cortarse el Pelo" o algo parecido y en mi peluquería habitual no me lo podían cortar. Entonces, he decidido abogar por el plan B, ir a otra peluquería de gente joven. Tampoco allí he tenido suerte, pues había cuatro niños-tunning esperando antes que yo (y viendo sus estilos, casi he preferido el fracaso de este plan B). He decidido por fin ir a una cadena de peluquerías Unisex (el plan C), donde, pese a la dulzura de la peluquera sudamericana (nada que ver con mis machotes peluqueros) he extrañado varias cosas. Paso a enumerarlas:

1. faltaba la prensa deportiva habitual, amén de la revista de actualidad de rigor (Interviú, para más señas). Uno va a la peluquería, además de a cortarse el pelo, a informarse.
   
2. la conversación no ha tratado la última jornada de la liga de fútbol ni el resultado de la última cacería; ¿de qué otra cosa se puede hablar?
3. me han tomado nota en un tícket como si no me conocieran.
4. había varias mujeres con papel de aluminio en la cabeza hojeando revistas. Cuando me he ido seguían allí. No he conseguido descrifar qué hacían.

En fin, la experiencia ha tenido su miga y siempre viene bien conocer lugares y experiencias nuevas, pero creo que volveré a mi peluquería dentro de un mes, les he echado tanto de menos. Snif, snif, snif.