Sunday, December 30, 2007

¿Dónde está la izquierda?

Uno de los términos que más viene sufriendo en los últimos tiempos en el ámbito de la política es el de "izquierda". Parece que en la izquierda cabe todo, desde la violencia más fascista e injustificada hasta las estudiadas prácticas mafiosas de algunos colectivos de trabajadores. Con solo hacer un repaso a alguna de las noticias de los últimos días, nos podemos hacer una idea de hasta dónde ha llegado la prostitución de esta palabra.

De ideología izquierdista pretende ser la guerrilla colombiana (financiada por el narcotráfico) que mantiene secuestradas a una serie de personas durante demasiado tiempo. A mí que me explique alguien dónde se dice que las ideas progresistas o socialistas incitan al secuestro de quien no piensa como tú. También su "heroico" libertador presume de ser de izquierdas, cuando no es más que un dictador de segunda división, de esos que abundan en Latinoamérica.

Los movimientos nacionalistas más radicales también se atribuyen a sí mismos el calificativo de movimientos de "izquierdas", cuando, por ejemplo, las ideas de Marx representan justo el contrario a sus ideales étnico-separatistas. Marx aboga por un estado único donde desaparezcan las banderas y únicamente se hable de la clase obrera, sin importar sus orígenes. Como muestra, el botón de la URSS, donde la identidad nacional de muchas naciones fue sistemáticamente destruida. No, el nacionalismo es y será un movimiento de tendencia conservadora.

Por otra parte, nos encontramos con la huelga de la limpieza del metro de Madrid, donde los sindicatos pretenden hacernos creer que están luchando por unas condiciones más justas de trabajo. En realidad, tal y como se ha hecho público hoy en la prensa de tirada nacional, la claúsula irrenunciable por su parte es que todo trabajador que se jubile pueda elegir a su sustituto. Casi, casi, como el sistema feudal de la Edad Media (que para información de quien lo necesite acabó hace más de setecientos años). Las condiciones ofrecidas a estos trabajadores de la limpieza son mucho mejores que la de muchos licenciados universitarios, y aún así, no se dan por satisfechos y se dedican a chantajear a la sociedad con actos vandálicos.

Y por último, el principal partido socialista de España salta a la palestra hace unos días anunciando la supresión del impuesto sobre el patrimonio (aquel que grava las mayores fortunas), en base a su escasa recaudación. Es algo demencial desde el punto de vista ideológico, pero no tanto si atendemos al nivel al que está nuestra política hoy en día. De todos modos, suprimir este impuesto es un atentado contra la equidad entre sus ciudadanos que toda sociedad debe buscar, y que debería provocar arcadas a las verdaderas personas de izquierdas.

He aquí unas pocas píldoras de lo fácil que es usar una palabra en la política, más aún cuando se desconoce por completo la ideología que está detrás de ella. Con solo escarbar un poco se encuentran muchos más ejemplos.

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