Sunday, November 06, 2005

Capitalismo de bodeguilla

En nuestro país, al igual que en nuestro entorno, parece que el sistema económico imperante no es el capitalismo a secas, sino el capitalismo de bodeguilla. Este sistema económico se define por ser totalmente liberal, abogando por la carencia de intervención pública en la economía, salvo en el único caso en que nos veamos perjudicados. En dicha situación, está totalmente justificada hasta la más nacionalista e irracional de las actuaciones.

En este sentido, nuestros vecinos franceses son especialistas en la materia. Hace unos días nos enteramos de la compra de Amena (empresa española) por parte de France Telecom (empresa francesa). Nadie en España puso traba alguna a la operación, más allá de las financieras y de competencia, lógicas ante cualquier operación de este calado. El nombre deEspaña no parecía amenazado ante esta operación empresarial. Sin embargo, ante el rumor de que Pepsico (empresa estadounidense) estaba considerando la compra de Danone (empresa francesa), la clase política francesa se levantó en armas, siguiendo la doctrina del "capitalismo patriótico".

También destacable es la actuación del Banco de Italia ante las ofertas de ABN Amro y BBVA por los bancos italianos Antonveneta y BNL. En su afán por dotar de independencia a su banco central, a los italianos se les fue la mano y ahora resulta que tienen a alguien (el presidente del Banco de Italia para más señas) que se sitúa por encima del bien y del mal, y que hace y deshace en el sistema financiero italiano a voluntad (y esta voluntad a menudo choca con las directivas europeas de libre competencia). Pero esto poco tiene que ver con el capitalismo de bodeguilla, más bien con la convulsa situación política italiana, que merece otra entrada en este blog (llegará, prometido, aunque no prometo cuándo).

Este capitalismo de bodeguilla ha parecido alcanzar su cénit en España con la OPA lanzada por Gas Natural sobre Endesa. Uno pensaba que en estas operaciones, son los accionistas de la empresa opada (los de Endesa, entre los que me incluyo) los que tienen la última palabra, en términos de aceptar o rechazar la oferta realizada. Pues no, en este tema han opinado todos. He visto al presidente de Endesa oponerse a la OPA con la Constitución Española en una mano (¿por qué no con El Quijote, que es más grande e impresiona más, además de estar en su cuarto centenario?), he oído la oposición del Ayuntamiento de Teruel a la misma (¿no tiene dicho ayuntamiento otras preocupaciones más urgentes y más cercanas a sus ciudadanos?), he leído al Ministro de Industria defender la OPA con inesperada pasión (¿tendrá algún interés oculto?). En resumen, todo muy alejado de lo que debería ser una OPA en una economía que se dice capitalista.

Pues este es el sistema económico que impera en nuestra querida y vieja Europa. Por mi parte, yo estoy dispuesto a vender mis modestas acciones de Endesa al que sea (incluso a los libios), siempre que paguen una cantidad suficientemente generosa (a poder ser, dinero y no papel), y mal que le pese al Ayuntamiento de Teruel.

No comments: