Hier j'ai regardé dans la télévision les journaux et ce qu'ils ont dit sur la grippe nord-américaine (il semble que porcine n'est pas le mieux mot pour l'appeler). Toutes les chaînes ont parlé d'une épidémie mondiale en nous montrant de gens avec des masques. Il a parlé sur le mal fait au tourisme et au trafic aérien en donnant des pertes de millions de euro. Ils ont rappelé aussi la grippe espagnole et ses 9 millions des victimes. La situation semblait très grave et presque apocalyptique.
Si on y pense un peu, la situation n'est pas aussi grave (elle n'est pas légere mais le monde ne finira pas demain). En Mexique, où tout est né, les victimes sont environ 150, dans une population totale de 109 millions de personnes: c'est-à-dire, seulement le 0,000138% des mexicains a été toué pour la grippe nord-américaine. Je ne dirait pas que ça fait une épidémie. En Espagne, grâce aux journaux, nous savons tout sur un homme d'Almansa qui est malade: s'il avait de la fièvre hier ou s'il avait dormi bien. Nous avons près de 50 cas suspectes (pas confirmés) et la même situation est trouvé dans des autres pays européens.
Puis, je me demande: pourquoi la télévision nous a fait peur avec ça?, pourquoi personne n'a dit quelque chose rationnel?, pourquoi ce sensationnalisme dans notres médias?, est-ce qu'on n'enseigne l'éthique dans les facultés universitaires?, et cetera. Parfois, trop souvent, j'ai honte des médias espagnoles.
Blog de Antonio Sánchez, economista de Guadalajara. Aquí iré mostrando mis opiniones sobre una gran variedad de temas. Normalmente usaré el castellano, pero en ocasiones, según se dé el día o el tiempo que tenga, usaré otros idiomas (inglés, italiano, alemán o francés).
Tuesday, April 28, 2009
Sunday, April 26, 2009
El drama del paro
Ante la espeluznante cifra que ha alcanzado el paro en mi país, 4 millones de personas, tengo que dedicar al menos un post al problema más importante de España. Se ha dicho mucho en los últimos días, sobre todo en algunos medios cercanos al PP, que nunca ha habido tantos parados como ahora en España; lo cual es cierto en términos absolutos, pero no cuando se compara con la población activa total (en 1993 se superó el 20%). Hecha esta precisión técnica, en cualquier caso, una tasa de desempleo tan alto (con provincias rondando el 25%) es algo impensable en Europa Occidental y casi el preludio para un estallido social (¿tendremos alguna vez alguna manifestación de los sindicatos?). A mi entender esta rápida de destrucción de empleo es consecuencia del gran uso de la contratación temporal en España, con lo que a las primeras dificultades del empresario, le resulta bastante fácil prescindir de una parte importante de la fuerza de trabajo. ¿Qué hacer pues para cambiar esta realidad?
En primer lugar, habría que dar un empuje verdadero a la educación, que en España está alcanzando cotas espeluznantes en las generaciones más jóvenes. Lo peor es que cada vez se va ahondando más en la mala calidad de la educación (a pesar de que gastamos igual que otros países de nuestro entorno) con las sucesivas leyes de educación y ya hasta nos permitimos dudar de los resultados de los informes comparativos internacionales al respecto. Sin educación no vamos a conseguir nada en este mundo tan globalizado.
No pienso, por el contrario, como mantienen los empresarios, que abaratar el despido sea la solución a este problema. En mi opinión, abaratar el despido hará más fácil despedir y contratar otros trabajadores temporales a menor coste. Quizá sí fuera conveniente rebajar algo la presión fiscal sobre los empresarios o revisar las claúsulas de negociación colectiva, pues parece que hay ciertos colectivos que abusan de ellos (mis queridos pilotos de avión, entre otros).
Detrás de cada número del paro hay un drama, hay una persona que no consigue encontrar trabajo, pese a que en ocasiones se ha preparado para ello. Ésta debería ser la primera prioridad de los políticos españoles, sin ninguna discusión, dejando para tiempos más propicios el eterno estado de campaña electoral en el que llevamos instalados varios años. Porque esto no se soluciona solo.
En primer lugar, habría que dar un empuje verdadero a la educación, que en España está alcanzando cotas espeluznantes en las generaciones más jóvenes. Lo peor es que cada vez se va ahondando más en la mala calidad de la educación (a pesar de que gastamos igual que otros países de nuestro entorno) con las sucesivas leyes de educación y ya hasta nos permitimos dudar de los resultados de los informes comparativos internacionales al respecto. Sin educación no vamos a conseguir nada en este mundo tan globalizado.
No pienso, por el contrario, como mantienen los empresarios, que abaratar el despido sea la solución a este problema. En mi opinión, abaratar el despido hará más fácil despedir y contratar otros trabajadores temporales a menor coste. Quizá sí fuera conveniente rebajar algo la presión fiscal sobre los empresarios o revisar las claúsulas de negociación colectiva, pues parece que hay ciertos colectivos que abusan de ellos (mis queridos pilotos de avión, entre otros).
Detrás de cada número del paro hay un drama, hay una persona que no consigue encontrar trabajo, pese a que en ocasiones se ha preparado para ello. Ésta debería ser la primera prioridad de los políticos españoles, sin ninguna discusión, dejando para tiempos más propicios el eterno estado de campaña electoral en el que llevamos instalados varios años. Porque esto no se soluciona solo.
Thursday, April 23, 2009
Back to Frankfurt
These days, due to a meeting at the ECB I had to attend to, I was back to Frankfurt, just less than one month before leaving it. The first thing I must mention is the weather I found there. When I left Frankfurt at the end of March, the scarf and the gloves were an important part of my clothing. Now, it was just the other way round, it was enough with a T-shirt and a sweater! It was unbelievable. And I could even see some children playing in the fountains (something that is quite common in summertime in Frankfurt).
Moreover, all the trees in the parks were full of leaves (what is normal in spring anywhere in the world), after six months of winter. In some places, it was quite similar to the jungle: there were so many leaves that they hardly left the sunlight come to the ground!
The first day, in a short walk to my hotel (Palmenhof, just in the best neighbourhood of the city and with nice prices), I found by chance the main building of Bundesliga (German Football League). If I had known it before (my Lonely Planet guide of Germany remains silent about it), I would have paid a visit to it, but now, it's just too late, grrrr!!!!! I also made a visit to Kaufhof, as I forgot the charger of my mobile phone and I urgently had to buy one, the third one for the same phone...
But all story short, I felt extremely happy in Frankfurt, having dinner in places I know, feeling in its streets as at home, because, after all, it was my home for ten months. Let's keep our fingers crossed for more trips to Frankfurt in the short-term.
Moreover, all the trees in the parks were full of leaves (what is normal in spring anywhere in the world), after six months of winter. In some places, it was quite similar to the jungle: there were so many leaves that they hardly left the sunlight come to the ground!
The first day, in a short walk to my hotel (Palmenhof, just in the best neighbourhood of the city and with nice prices), I found by chance the main building of Bundesliga (German Football League). If I had known it before (my Lonely Planet guide of Germany remains silent about it), I would have paid a visit to it, but now, it's just too late, grrrr!!!!! I also made a visit to Kaufhof, as I forgot the charger of my mobile phone and I urgently had to buy one, the third one for the same phone...
But all story short, I felt extremely happy in Frankfurt, having dinner in places I know, feeling in its streets as at home, because, after all, it was my home for ten months. Let's keep our fingers crossed for more trips to Frankfurt in the short-term.
Tuesday, April 14, 2009
La città decadente
L'ultima tappa del nostro viaggio per Francia ci ha portato a Carcasona, una città che ha un castello bellissimo e ben conservato (sebbene abbia stato restaurato nel XIX seccolo). È difficile non avere la sensazione di trovarsi in un castello medievale come quelli che si mostrano nei film.
Ma la città di Carcasona è più che un castello bellissimo. Ha anche un centro storico costruito molti anni fa da un re Luigi (non mi ricordo quale esattamente). Ma quello non diventa molto bello per il turista: tutto (e tutti) è sporco e sembra abbandonato, quasi come una città che ha vissuto anni prosperi ma che addeso è venuta a meno. Per esempio, alcune macchine non si vedono in Spagna da molti anni (Renault 11 o Citröen Xantia) o semplicemente non si vedono macchine come Mercedes Benz, BMW, Audi,... Anche mi sono colpito dal fatto che non ho visto nessun lavoro di rinnovo ne nessuna gru nella città, che sembra di essere lasciata morire là senza provare a salvarla.
Ma preferisco di non scrivere molto su questo ma di quello che mi è piaciuto in Carcasona. A parte il castello, abbiamo cenato in un ristorante consigliato dalla mia guida di Francia (Restaurant Languedoc) e veramente la serata è stata eccelente (eramo gli unici ospiti ma preferisco non ci pensare). Il ristorante offre cucina linguadoca molto carina e non molto cara.
Per finire queste poste sul nostro viaggio in Francia, lascio una fotografia del castello di Carcasona:
Ma la città di Carcasona è più che un castello bellissimo. Ha anche un centro storico costruito molti anni fa da un re Luigi (non mi ricordo quale esattamente). Ma quello non diventa molto bello per il turista: tutto (e tutti) è sporco e sembra abbandonato, quasi come una città che ha vissuto anni prosperi ma che addeso è venuta a meno. Per esempio, alcune macchine non si vedono in Spagna da molti anni (Renault 11 o Citröen Xantia) o semplicemente non si vedono macchine come Mercedes Benz, BMW, Audi,... Anche mi sono colpito dal fatto che non ho visto nessun lavoro di rinnovo ne nessuna gru nella città, che sembra di essere lasciata morire là senza provare a salvarla.
Ma preferisco di non scrivere molto su questo ma di quello che mi è piaciuto in Carcasona. A parte il castello, abbiamo cenato in un ristorante consigliato dalla mia guida di Francia (Restaurant Languedoc) e veramente la serata è stata eccelente (eramo gli unici ospiti ma preferisco non ci pensare). Il ristorante offre cucina linguadoca molto carina e non molto cara.
Per finire queste poste sul nostro viaggio in Francia, lascio una fotografia del castello di Carcasona:
Sunday, April 12, 2009
Atravesando el Macizo Central
La siguiente etapa del viaje por Francia nos llevó al Macizo Central, durmiendo en el pueblo de Saint Nectaire. Por supuesto que no conocía de nada este pequeño pueblo de apenas 800 habitantes, situado en la zona de los "Puys"; pero decidí hacer caso a mi guía de Francia, que recomendaba especialmente su iglesia románica del siglo XII. La iglesia es realmente impresionante, una pequeña joya escondida en el corazón de Francia.
Pero Saint Nectaire es mucho más que una iglesia. Tiene en sus alrededores un dolmen, un menhir, unas termas, unas grutas, multitud de rutas de senderismo, un queso propio con el nombre del pueblo y hasta un casino. Debe ser realmente un sitio turístico de Francia en verano. Sin embargo, a primeros de abril, el turismo apenas ha llegado a Saint Nectaire y tanto fue así que nos encontramos solos en un hotel de 45 habitaciones. De todos modos, fue una estancia muy agradable y seguramente vuelva allí si algún día vuelvo al Macizo Central.
Tras pasar la noche en Saint Nectaire, hicimos la mayor parte del trayecto por el Macizo Central (unos 250 kilómetros) a una altitud de más de 1000 metros sobre el nivel del mar, bastante más de lo que esperábamos. Además, conducimos entre una espesa niebla, que daba a todos los montes de alrededor un paisaje tenebroso. Al pasar por la zona de Givaudan, no me extrañó nada que en tiempos hubiera un lobo gigante que asustaba a la población (en esta leyenda se basa la película francesa "El pacto de los lobos"). Lo mínimo que debe vivir en esos parajes oscuros y angostos deben ser lobos gigantes.
Antes de abandonar el Macizo Central, pasamos con el coche por el Viaducto de Millau, una impresionante obra de ingeniería, que permite hacer en poco más de dos kilómetros un trayecto que antes requería más de treinta kilómetros. El tamaño de este puente de 2,5 kilómetros de longitud es sencillamente impresionante, sobre todo su altura sobre el suelo (unos 300 metros en el punto más alto). De todos modos, conduciendo por él, en ningún momento se tiene la sensación de estar por un puente a tantos metros de altura. Los siete pilares que sustentan el puente parecen, desde cierto punto de vista, las velas de un barco.
Tras este paso por Millau, la siguiente parada del viaje de retorno de Francfort fue Carcasona, ya cerca de la frontera española.
Pero Saint Nectaire es mucho más que una iglesia. Tiene en sus alrededores un dolmen, un menhir, unas termas, unas grutas, multitud de rutas de senderismo, un queso propio con el nombre del pueblo y hasta un casino. Debe ser realmente un sitio turístico de Francia en verano. Sin embargo, a primeros de abril, el turismo apenas ha llegado a Saint Nectaire y tanto fue así que nos encontramos solos en un hotel de 45 habitaciones. De todos modos, fue una estancia muy agradable y seguramente vuelva allí si algún día vuelvo al Macizo Central.
Tras pasar la noche en Saint Nectaire, hicimos la mayor parte del trayecto por el Macizo Central (unos 250 kilómetros) a una altitud de más de 1000 metros sobre el nivel del mar, bastante más de lo que esperábamos. Además, conducimos entre una espesa niebla, que daba a todos los montes de alrededor un paisaje tenebroso. Al pasar por la zona de Givaudan, no me extrañó nada que en tiempos hubiera un lobo gigante que asustaba a la población (en esta leyenda se basa la película francesa "El pacto de los lobos"). Lo mínimo que debe vivir en esos parajes oscuros y angostos deben ser lobos gigantes.
Antes de abandonar el Macizo Central, pasamos con el coche por el Viaducto de Millau, una impresionante obra de ingeniería, que permite hacer en poco más de dos kilómetros un trayecto que antes requería más de treinta kilómetros. El tamaño de este puente de 2,5 kilómetros de longitud es sencillamente impresionante, sobre todo su altura sobre el suelo (unos 300 metros en el punto más alto). De todos modos, conduciendo por él, en ningún momento se tiene la sensación de estar por un puente a tantos metros de altura. Los siete pilares que sustentan el puente parecen, desde cierto punto de vista, las velas de un barco.
Tras este paso por Millau, la siguiente parada del viaje de retorno de Francfort fue Carcasona, ya cerca de la frontera española.
Wednesday, April 08, 2009
En el corazón de Borgoña
La siguiente etapa de nuestro viaje por Francia nos llevó al corazón de Borgoña; más concretamente, a su capital, Dijon, y a Cluny. El Ducado de Borgoña vivió su esplendor alrededor de los siglos XIII y XIV, llegando a tener posesiones hasta en la actual Holanda. Al atravesarlo en coche, puede apreciarse la gran riqueza agrícola que tiene y tiendo a pensar que el hecho de que no se tuvieran que preocupar en demasía por la comida, quizá hizo que fueran los primeros en lanzarse a la conquista de nuevos territorios. Aunque esto no es más que una pequeña suposición que seguramente esté equivocada, como la mayoría de las suposiciones que hacemos los economistas.
Dijon es una pequeña "ciudad de provincias", muy acogedora y con un destacable centro histórico peatonal. No está llena de monumentos que quitan la respiración, pero es verdaderamente muy agradable pasear entre sus calles, donde es fácil apreciar la riqueza de sus habitantes. La gran cantidad de iglesias y de palacios que allí se encuentran nos evidencian el poder que el Ducado de Borgoña tuvo en la Edad Media. El edificio más importante de Dijon es el Palacio Ducal, que actualmente hace la función de ayuntamiento. Tiene un cierto aire de ciudad venida a menos, pero aún así es muy recomendable visitarla.Dijon es famosa también por su mostaza, entre otros muchos productos agrícolas. Sin embargo, como no me gusta la mostaza, me quedaré sin saber a qué sabe la famosa mostaza de Dijon.
Se puede decir que la abadía de Cluny cambió el rumbo de la Edad Media desde su fundación en el siglo IX (hace XII siglos, nada más y nada menos). Sin embargo, la mayor parte de ella fue destruida tras la Revolución Francesa, dentro de los años salvajes que la siguieron y hoy en día apenas puede apreciarse su pasado esplendor. Lo único que queda en pie es una de las dos torres, que se puede ver en la foto de la izquierda. Para dar una idea del tamaño de la iglesia de la abadía, diré que la foto está tomada desde lo que era la entrada a la misma, que se extendía hasta la torre que se ve al fondo.
De todos modos, uno llega a Cluny esperando encontrarse con una re-edición de la abadía de "El nombre de la rosa" y no puede evitar quedar algo decepcionado por lo que encuentra. De todos modos, la importancia del lugar en la historia europea y la belleza del pueblo de Cluny hacen que la visita, al final, merezca la pena.
Dijon es una pequeña "ciudad de provincias", muy acogedora y con un destacable centro histórico peatonal. No está llena de monumentos que quitan la respiración, pero es verdaderamente muy agradable pasear entre sus calles, donde es fácil apreciar la riqueza de sus habitantes. La gran cantidad de iglesias y de palacios que allí se encuentran nos evidencian el poder que el Ducado de Borgoña tuvo en la Edad Media. El edificio más importante de Dijon es el Palacio Ducal, que actualmente hace la función de ayuntamiento. Tiene un cierto aire de ciudad venida a menos, pero aún así es muy recomendable visitarla.Dijon es famosa también por su mostaza, entre otros muchos productos agrícolas. Sin embargo, como no me gusta la mostaza, me quedaré sin saber a qué sabe la famosa mostaza de Dijon.
Se puede decir que la abadía de Cluny cambió el rumbo de la Edad Media desde su fundación en el siglo IX (hace XII siglos, nada más y nada menos). Sin embargo, la mayor parte de ella fue destruida tras la Revolución Francesa, dentro de los años salvajes que la siguieron y hoy en día apenas puede apreciarse su pasado esplendor. Lo único que queda en pie es una de las dos torres, que se puede ver en la foto de la izquierda. Para dar una idea del tamaño de la iglesia de la abadía, diré que la foto está tomada desde lo que era la entrada a la misma, que se extendía hasta la torre que se ve al fondo.
De todos modos, uno llega a Cluny esperando encontrarse con una re-edición de la abadía de "El nombre de la rosa" y no puede evitar quedar algo decepcionado por lo que encuentra. De todos modos, la importancia del lugar en la historia europea y la belleza del pueblo de Cluny hacen que la visita, al final, merezca la pena.
Tuesday, April 07, 2009
El Gran Balón de Alsacia
La siguiente etapa del viaje por Francia era el Gran Balón de Alsacia, el primer puerto que se ascendió en el Tour de Francia, allá en los inicios del siglo XX. Desde ahí, en teoría, se tienen espléndidas vistas de los Vosgos, de Alsacia e incluso de la Selva Negra en Alemania, pues se trata del punto más alto en muchos kilómetros a la redonda. Con lo que no contaba yo es con la capa de nieve que nos estaba esperando. Ya en la autopista se veían las cumbres de los Vosgos con algo de nieve, pero solo tras ver un lago totalmente helado en mitad de la ascensión empecé a temerme lo peor. Llegamos a Markstein, el último pueblo antes de la cima, donde se ha construido una estación de esquí, y ahí no pudimos pasar. Básicamente por la capa de un metro de nieve que cubría la carretera (como puede comprobarse en la foto que introduce este párrafo) y por el hecho de habernos dejado los esquíes de fondo en casa.
Al dar un pequeño paseo por Markstein la situación no mejoró mucho; sino más bien al contrario, en el aparcamiento de un hotel me encontré con una capa de nieve bastante más alta que yo (que mido 1,80 de alto, más o menos). La nieve llegaba hasta el primer piso del hotel y cubría casi por completo una caravana que su incauto dueño dejó allí pasando el invierno. Nunca en mi vida he visto tanta nieve junta, la verdad, y mucho menos, a primeros de abril.
Así que con todo esto nos dimos media vuelta y volvimos por donde habíamos venido, sin poder coronar el Gran Balón de Alsacia. Pudimos haberlo intentado con el Pequeño Balón de Alsacia y con el Balón de Alsacia (a secas), pero pensamos que no íbamos a obtener resultados mucho más positivos.
Al dar un pequeño paseo por Markstein la situación no mejoró mucho; sino más bien al contrario, en el aparcamiento de un hotel me encontré con una capa de nieve bastante más alta que yo (que mido 1,80 de alto, más o menos). La nieve llegaba hasta el primer piso del hotel y cubría casi por completo una caravana que su incauto dueño dejó allí pasando el invierno. Nunca en mi vida he visto tanta nieve junta, la verdad, y mucho menos, a primeros de abril.
Así que con todo esto nos dimos media vuelta y volvimos por donde habíamos venido, sin poder coronar el Gran Balón de Alsacia. Pudimos haberlo intentado con el Pequeño Balón de Alsacia y con el Balón de Alsacia (a secas), pero pensamos que no íbamos a obtener resultados mucho más positivos.
Monday, April 06, 2009
From Frankfurt to Strasbourg
Last week, after ten months, I left Frankfurt and went back home, to Guadalajara. It was quite hard to leave my apartment and my life in Germany, as I felt quite comfortable there in general terms. There were, of course, negative points, such as not understanding the TV or the cold temperatures, but overall I was very, very happy.
To make the change a bit easier for me and as my parents drove with the car to Frankfurt, I organised a short trip through France, spending four nights in four different French places I only knew because of Tour de France. In the following entries, I will explain what happened there.
The first stop was in Strasbourg, a city I already knew and one of my favourite places in Europe. When one hears the name "Strasbourg" for the first time, he mainly thinks about European institutions and bureaucracy. But the city is much more than it. It has one of the most amazing cathedrals in Europe, the most wonderful tram I have ever seen and a pedestrianised city centre which is worth a visit. It is really a pleasure to wander around the river and the beautiful old Alsacian houses of Petit France.The cathedral is a masterpiece of gothic art, as you can check in the picture below. There are sculptures everywhere in its façade and it is huge, not as huge as Cologne's cathedral but much larger than the average, really outstanding. Inside I could not help staring at the astronomical clock, a machine built in the Middle Age which calculates everything you can imagine: days of the week, seasons, moons, Easter holidays,... It is much beyond my intellectual capacity.
The city was also crowded with policemen, due to the NATO summit some days after my visit. I have never seen so many policemen together in the same city and we were walking in front of the hotel chosen by the Canadian representatives. Unfortunately, there were some riots last weekend, which made me feel specially sorry for Strasbourg, probably my favourite city in France.
To make the change a bit easier for me and as my parents drove with the car to Frankfurt, I organised a short trip through France, spending four nights in four different French places I only knew because of Tour de France. In the following entries, I will explain what happened there.
The first stop was in Strasbourg, a city I already knew and one of my favourite places in Europe. When one hears the name "Strasbourg" for the first time, he mainly thinks about European institutions and bureaucracy. But the city is much more than it. It has one of the most amazing cathedrals in Europe, the most wonderful tram I have ever seen and a pedestrianised city centre which is worth a visit. It is really a pleasure to wander around the river and the beautiful old Alsacian houses of Petit France.The cathedral is a masterpiece of gothic art, as you can check in the picture below. There are sculptures everywhere in its façade and it is huge, not as huge as Cologne's cathedral but much larger than the average, really outstanding. Inside I could not help staring at the astronomical clock, a machine built in the Middle Age which calculates everything you can imagine: days of the week, seasons, moons, Easter holidays,... It is much beyond my intellectual capacity.
The city was also crowded with policemen, due to the NATO summit some days after my visit. I have never seen so many policemen together in the same city and we were walking in front of the hotel chosen by the Canadian representatives. Unfortunately, there were some riots last weekend, which made me feel specially sorry for Strasbourg, probably my favourite city in France.
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