Pues sí, esto sí que no me lo esperaba yo, pero ayer por la noche vi una buena película, de lo mejorcito que he visto últimamente, en Telemadrid. Se trata de "Layer cake" (http://es.wikipedia.org/wiki/Layer_Cake), traducida al castellano como "Crimen organizado" (como estudiante del Grado en Estudios Ingleses me cuesta no comentar esta traducción, la verdad).
Los primeros minutos de la película no me sedujeron precisamente, y es que ahí es donde más resaltan sus defectos: la estética es muy parecida a las películas (bastante trasnochadas ya) de Guy Ritchie y el doblaje es realmente mejorable. Sin embargo, poco a poco, el extraordinario guión te va atrapando, girando todo en torno al personaje interpretado por Daniel Craig. Con el paso de los minutos, hasta algunos giros de cámara y algunas escenas pasadas de tono (¿es que siempre hay que estar chillando o sermoneando cuando uno es un gángster) parecen tener gracia. Se trata, además, de una de las pocas películas en las que el protagonista principal tiene miedo, se equivoca y es vulnerable. Y para colmo está rodada en Londres, con algunas escenas en Greenwich y Canary Wharf.
Lo mejor, queda, como en las buenas películas para el final, donde todo cambia de un momento a otro, hasta el desenlace, en el que el espectador queda totalmente noqueado. Es precisamente en este final donde lo que dice el protagonista en su papel de monologuista se cumple en su persona: "siempre hay que atenerse a lo que se ha planeado, ni más ni menos". Vale, no cuento más, que igual esto ya ha sido contar demasiado.
Y es que esto es el cine: contar una historia a partir de un buen guión. Y para esto hace falta talento y no es necesario inventarse mundos remotos donde viven bichos azules o rodar todas las escenas en 3D o hacer películas de dibujos animados. Con poca cosa, básicamente con algo que contar, se puede hacer una buena película.
No comments:
Post a Comment