Ayer sábado estuve, por primera vez en muchos años (desde mis años de instituto, creo recordar), en el Pedro Escartín, viendo un partido de fútbol del Club Deportivo Guadalajara, ahora en su andadura en Segunda División. Tenía claro que había poco que hacer ante un rival tan fuerte como el Valladolid, con aspiraciones y un presupuesto mucho más elevados. Así que me daba con un canto en los dientes si el partido acababa en empate. Al final, una serie de detalles decidió el partido 0-3 para el Valladolid.
Pero pese a esto, realmente disfruté del espectáculo. Me pareció un partido muy entretenido y disputado. Me sorprendió el buen ambiente en general, donde apenas se insultó al árbitro (más allá de protestas puntuales y nunca yendo al insulto fácil) y en absoluto al equipo visitante. Los aficionados del Valladolid estaban entre nosotros y no vi ninguna mala cara ni nada parecido. Por parte de la afición local, todo el mundo en las gradas estaba disfrutando del partido con una actitud realmente civilizada (en comparación con lo que se ve en los estadios de otros países, como Italia o Argentina). Por momentos, tuve la sensación de estar en el teatro, viendo un espectáculo. El hecho de que no haya vallas que enjaulen a los aficionados puede haber contribuido también a esto de tomarse el fútbol no tan a pecho.
Yendo un poco más a aspectos económicos (parece que tengo querencia como los toros), es realmente importante para una ciudad como Guadalajara tener un equipo en Segunda División. Esto implica que cada quince días hay un acontecimiento para la ciudad, hay algo que hacer y, cuando el equipo rival mueve a muchos aficionados con él, se deja mucho dinero en nuestra ciudad. De este modo, cualquier dinero que se invierta en mantener al equipo en Segunda me parecerá bien invertido, aunque, en último término, el fútbol no es únicamente cuestión de dinero.
En cualquier caso, espero que la travesía del Deportivo Guadalajara en Segunda División dure lo máximo posible, porque es algo que realmente hace disfrutar a la ciudad y a sus habitantes, entre los que me incluyo.
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