Sunday, November 19, 2006

Tu destino discurre por sendero diferente al mío

Esta pretenciosa frase, pronunciada por Obi-Wan Kenobi en la Guerra de las Galaxias, es más profunda de lo que, a priori, pudiera esperarse de una saga de películas de ciencia-ficción. Encierra en sí misma una de las características de nuestra vida, que no es otra sino la gran cantidad de decisiones que hemos de tomar, que hacen que nuestro destino se cruce con el de otras personas en momentos puntuales del tiempo, al mismo tiempo que nos aleja de otras. En ocasiones me he preguntado cómo sería mi vida si hubiera no hubiera tomado una decisión determinada o si algún plan finalmente frustrado me hubiera salido bien.

Por ejemplo, pienso en cómo sería mi vida ahora si me hubieran concedido la beca para estudiar un post-grado en Noruega, que finalmente me denegaron (ese año apenas concedieron becas, para que el Gobierno de Aznar pudiera controlar el déficit público). ¿Me habría quedado en Noruega? ¿Estaría hablando ahora noruego bajo una capa de un metro de nieve? De lo que estoy casi seguro, es de que no estaría trabajando donde actualmente trabajo.

Y, ¿qué habría pasado si llego a conocer a Gro, mi noruega favorita, antes, sin tener novio? ¿Estaría, otra vez, viviendo en Noruega a su lado? ¿Habríamos tenido ya niños? Nuevamente, ¿estaría hablando noruego bajo una capa de un metro de nieve?

Otras decisiones dependen de uno mismo y pueden tener consecuencias durante toda la vida. Si hubiera ido a estudiar al Icade, en lugar de al Cunef, no habría conocido a mis amigos de la universidad (Alberto, sería horrible), no habría hecho las prácticas donde las he hecho, y tantas y tantas cosas. Igual hasta se me habría podido activar la vena religiosa, ¿quién sabe? En otro orden de cosas, ¿qué hubiera pasado si no me hubiera dado penilla Saskia en París hace dos años y no me hubiera acercado a hablarla para tenerla entretenida y no dejarla tiempo para que se sintiera mal? Pues que igual no tenía una buenísima amiga en Malinas.

Antes era capaz de tomar decisiones dramáticas en menos tiempo, sin pensar mucho sobre ello y sin albergar duda alguna. Hoy, en cambio, me cuesta más tomar decisiones. Dejando esto del ado, únicamente quería resaltar cómo la vida no es sino una sucesión de decisiones que nos permite conocer a un gran número de personas, algunas de las cuales permanecen, mientras que otras, para bien o para mal, no.

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