En mi opinión el refrán más ajustado a la realidad del mundo es "dime de qué presumes y te diré de qué careces". Cada vez estoy más convencido que se trata de un mensaje enviado por algún ser superior, para ayudarnos a entender algo mejor el mundo. Pondré algunos ejemplos, pero antes tampoco quiero que parezca que tengo algo contra Cataluña o los catalanes en general. No es así y tengo buenos amigos catalanes y tengo que decir que desde cierto punto de vista les envidio, por su practicidad a la hora de hacer las cosas.
La primera demostración de la validez universal de este refrán nos la dan los señores de ERC. Resulta que durante años hemos tenido que tolerar sus (a veces rídiculas) propuestas, apelando a nuestro talente democrático de dejar que cada cual tenga una opinión y la exprese libremente. Sin embargo, en la discusión sobre el Estatuto de Cataluña no admiten comentario alguno. Especiamente significativas son las palabras del señor Ridao, exigiendo al presidente del Gobierno que "mande callar" al Banco de España y al Defensor del Pueblo por criticar el Estatuto. La verdad es que no doy crédito a estas declaraciones. Más extrañas (y divertidas) aún son las del señor Carod-Rovira, en las que manifiesta que viene a Madrid (eufemismo de Congreso de los Diputados) dispuesto a dialogar, pero que al texto que salió de Cataluña no se le toca una coma. Entonces, ¿de qué piensa dialogar? ¿De fútbol? ¿Del tiempo?
El segundo ejemplo lo encontré en la Guerra de Irak. En los días previos a la invasión, todos veíamos soldados iraquíes haciendo alardes de fidelidad a Sadam Hussein, besando fotos suyas y prometiendo dar hasta la última gota de su sangre por defenderle. A los pocos días, las tropas iraquíes se rindieron en masa ante el avance norteamericano. ¿Alguien sabe qué fue de aquellos fieles seguidores de Sadam? Yo creo que no dispararon ni una sola bala y que fueron los primeros en rendirse.
Y finalmente, querría mencionar la pretendida lucha antifranquista llevada a cabo por los nacionalistas catalanes y vascos, lucha de la que presumen por encima de todo. Pues que yo sepa, Madrid fue la ciudad que sufrió un asedio más largo y cruel. Mientras muchos morían en Madrid y alrededores, otros muchos llamaban a la lucha desde el exilio, que es un buen (y seguro) lugar desde el que llamar al sacrificio.
Lo dicho, como creo que dijo Groucho Marx, mejor es no decir nada y parecer idiota, que abrir la boca y confirmarlo. Dejémonos de presumir de nada y así no seremos esclavos de nuestras palabas.
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